Pasarela bajo la lluvia
Llueve con la levedad propia de Huerta Grande, la nave lleva buen rumbo —como lo demuestra el montaje de la pasarela y las fotos de las paredes pintadas— y aunque azotados por la humedad y el picudo rojo, veo pájaros, naranjas y el paisaje difuminado hasta el horizonte del Estrecho. Me encuentro agradablemente cercano a lo que me rodea y a partir de ahora sustituiré en mi mente "El Síndrome de Stendhal con Florencia" por el de "El Síndrome de Juanjo con Huerta Grande". Es un gran día y no estoy enamorado.
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