Lo sabíamos, después de cada ataque del "Comando Pegada", tenemos que padecer los endiablados contraataques de otros de los clanes guerrilleros en el Frente de Huerta Grande. Acantilados de destrucción masiva, nidos de avispas víricas, flautas de piedras en racimo, surcos rocosos que desgastan la memoria, en fin, todo un arsenal para acabar con este jodido mundo. Y lo peor de todo es que para hoy —según informaciones confidenciales— se espera un ataque de los "Vídeos Sin Formato Definido". Si sobrevivo seguiré informando. Ahora son las 8:30 de la mañana, hace un calor pegajoso y no sé por que demonios estoy bebiendo unas copas de vino "Can of Galilee" que me regaló una amiga marroquí de Gibraltar. No cabe duda, esta guerra me está afectando.
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